Artículos de Opinión & Reportajes


Programación y Desarrollo


Artículo realizado por
Fernando Rodríguez







Hazlo gratis

Uno de los mayores dilemas que se presentan cuando vamos a comenzar a realizar un proyecto, es el referido a poner o no precio a nuestro trabajo. En la mayoría de las ocasiones, siempre se tiende a distribuir el programa de tal forma que el usuario tenga que desembolsar una determinada cantidad de dinero para conseguirlo (distribución "Shareware"). En otras ocasiones, sin embargo, el propio creador decide distribuir gratuitamente su producto entre toda la comunidad informática (de forma "Freeware"). Uno puede pensar que las ambiciones o que las metas de la persona que decide donar todo su trabajo de forma altruista son más bien escasas, sin embargo, esto no suele ser, ni mucho menos, así.

Lo peor que puede hacer una persona que comienza a introducirse en el mundo del desarrollo con el fin de adquirir experiencia y conseguir que su trabajo llegue al mayor número de usuarios es poner precio a su trabajo. Todos estamos de acuerdo en el hecho de que regalar un programa (o cualquier otro tipo de "software") que nos ha "robado" cantidades importantes de tiempo, no resulta muy agradable de cara al inicio del desarrollo. Es más, seguramente que no llegaremos a tener ni noticias de alguien que lo ha visto o utilizado (y si las tenemos, se contarán con los dedos de una mano). Sin embargo, no resulta menos cierto que distribuir un programa, que en absoluto está pensado para que podamos comer de él, de tal forma que sus capacidades sean mermadas en extremo hasta que alguien decida registrarse, es algo que va a limar, de forma exagerada, su posible expansión.

A medida que vas haciendo más y más cosas y observas y analizas las creaciones de otras personas, adquieres una actitud mucho más humilde y propicia para el aprendizaje futuro a lo largo de tu vida. Quizá esta sea la clave, es decir, el ir madurando como creador "de algo", hace que te des cuenta de tus limitaciones, y de la cantidad ingente de cosas que te quedan por aprender. Si a esto unimos que el 99% del "Shareware" que se hace en nuestro país no está destinado a mantener a la persona que está detrás sino, más bien, a darla a conocer, resulta un poco contradictorio que el mismo creador decida poner precio a su tarjeta de presentación. Obviamente esta visión es muy personal.

Creo que hay que saber el momento en que debes de poner precio al trabajo que estás realizando o vas a realizar. Trabajar de forma desinteresada y recibir, muy de vez en cuando, alguna que otra felicitación por tu labor es algo que no se puede comparar a saber que estás cobrando por realizarlo. Y cuando digo esto, lo digo por experiencia. Una persona que trabaja de forma desinteresada, sin esperar nada a cambio, adquiere un sentido de la responsabilidad que está a años luz de cualquier otra que nunca haya trabajado de esa manera. Obviamente los ejemplos que aquí muestro son proporcionales, es decir, cuando hablo de "realizar algo" me refiero a la utilización del tiempo libre, no del tiempo laboral.

En definitiva, cuando vayas hacer cualquier cosa por iniciativa propia, antes plantéate si de verdad vas a necesitar imponer, después, una determinada tasa para que la gente contemple tu creación. Quizás para determinadas personas esto sea algo difícil de comprender. El trabajar altruistamente en algo que te gusta y apasiona es la mejor inversión que puedes hacer a corto y largo plazo. Sin duda, hazlo gratis.

ÚLTIMA REVISIÓN EN ABRIL DE 1999




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