Recuerdos de 8 Bits


El Museo del Vídeojuego


Artículo realizado por
Alejandro Ibáñez.







Jet Set Willy
Por qué se me ocurriría a mí celebrar una fiesta...


El famoso Willy volvía a los ordenadores en una nueva aventura. Tras su paso por la mina y sus horribles enemigos, nuestro héroe se había hecho rico. Ahora tenía una inmensa mansión y todo el dinero que pudiera derrochar en varias reencarnaciones.

Un día como otro cualquiera se le ocurrió celebrar una fiesta. Pero no una fiesta cualquiera, tenía que ser algo a lo grande. Y así fue.

Resultó ser un exceso. Cientos de personas poniéndolo todo patas arriba. Música con el volumen al máximo, alcohol sin control, ...etc.

Cuando pasó el huracán su mansión estaba irreconocible. Lo mejor que Willy podía hacer era irse a dormir dejándolo todo en manos de su ama de llaves...

El mayor problema iba a ser encontrar la habitación. Pasado un rato hubo éxito pero ¿por qué estaba el ama de llaves allí parada y con esa cara de mala leche?. Estaba claro. Nuestro protagonista iba a tener que recoger todos los regalos desperdigados por la mansión. Hasta que no recogiera todos, no había posibilidad de descansar...

La acción estaba servida. A parte de la dificultad de pasar por todas las habitaciones, cientos de enemigos se disponían a hacernos la tarea más que complicada...

El punto fuerte de este 'Jet Set Willy' fue el inmenso número de pantallas que constituían el juego. A parte de cualquier otra calidad técnica, este hecho fue el que lo catapultó a todos los TOP10 de Europa...

Como dato anecdótico hay que destacar que la primera portada de MicroManía estuvo ocupada por este magnífico juego.


Al pobre Willy no le dejan ir a dormir

Abarcando un poco más el aspecto técnico hay que decir que no se trataba de un juego extraordinariamente notable, no era un derroche de medios, aunque eso sí, estaba realizado impecablemente, era un auténtico producto artesanal.

Los gráficos resultaban muy variados aunque bastante pequeños. El movimiento era fluido aunque escaso. El sonido cumplía su función a la perfección.

Los posibles movimientos de Willy eran izquierda, derecha y salto. Eso sí, la precisión de la posición de éste en cualquier punto de la pantalla era milimétrica. Su autor contó con esto para dar dificultad y así hacer que conseguir ciertos objetos fuese una auténtica tortura llegando en algunos momentos a ponerte en los más puros límites del aguante psicológico - nervioso...

El éxito cosechado por 'Jet Set Willy' y por el anteriormente creado 'Manic Miner' desembocó en otros títulos de similares características.

No tardó en salir la segunda parte. Realmente defraudó ya que era idéntico al primero aunque con infinidad de pantallas más. Para el que empezó en el mundo de los 8 bits con esta segunda parte, mejor que mejor, pero para el que esperó la secuela como agua de Mayo resultó un chasco.



ÚLTIMA REVISIÓN EN ABRIL DE 1999




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