Todavía recuerdo con cierta nostalgia aquellos "gloriosos" años en los que la informática personal estaba basada en el ya prácticamente extinto MS-DOS, con el que muchos comenzamos nuestros primeros pasos en el mundo del PC al dar el salto desde las máquinas de 8 bits (aún hoy se me pone la carne de gallina cuando me vienen a la mente tantos buenos momentos con mi prehistórico Spectrum). Por aquel entonces acababa yo de adquirir mi flamante XT con procesador 8088, 640Kb de memoria RAM y los nada despreciables 30MB de disco duro, con monitor de fósforo verde, por supuesto, y administrado por el poco amigable MS-DOS, que a muchos nos sirvió para conocer con un poco más de profundidad la máquina con la que trabajamos, algo que muchos de los usuarios que se incorporaron al mundillo informático en la era Windows 95 no pueden afirmar.
Poco después apareció una cosa llamada "ventanas", era el Windows 1.0 para que todos nos entendamos, y la verdad es que por aquel entonces pocos podían imaginar que el descendiente de aquel primitivo entorno gráfico se convertiría en el "sistema operativo" más utilizado del mundo. Windows fue realmente una copia del sistema operativo que usaban los ordenadores Macintosh, aunque eso sí, una copia que distaba mucho de superar a su original. Poco a poco Windows fue evolucionando hasta su versión 3.1, que lo convirtió prácticamente en indispensable en cualquier equipo corriendo bajo MS-DOS. La última versión de este pseudo-sistema operativo fue la 3.11, denominada Windows para trabajo en grupo, que apenas se diferenciaba de su antecesor excepto en algunas capacidades de red.
Finalmente se dio el gran salto y apareció Windows 95, que ya pretendía ser un sistema operativo como tal, pero que como casi todo el mundo ha comprobado ya ha resultado no serlo tanto, en parte debido al lastre de la compatibilidad con MS-DOS que ha ido arrastrando. Y es que además, Windows 95 está plagado de defectos y carencias que ha creado una especie de relación amor y odio con muchos usuarios, entre los que tristemente me incluyo. ¿Quién no está harto ya de la engorrosa pantalla azul y del dichoso mensaje de: "El sistema ha efectuado una operación no válida y se apagará" en el momento más inoportuno, cuando tienes montones de cosas sin salvar en disco y te ves irremediablemente repitiendo todo el trabajo?
Paralelamente a Windows 95 convive Windows NT, actualmente por su versión 4.0, mucho más fiable que su hermano pequeño (aunque pagando como precio una menor compatibilidad con aplicaciones de 16 bits) y más utilizado en entornos profesionales por este mismo motivo y por sus capacidades de red. Lo cierto es que NT también cuenta con multitud de carencias importantes, sobre todo de cara al usuario doméstico.
Hoy por hoy Microsoft está preparando Windows 98 y Windows NT 5.0, que esperemos mejoren algunas de las "chapuzas" de Microsoft y que finalmente algún día acabarán fusionándose en un solo sistema operativo que espero resuelva la multitud de fallos del engendro Windows, más popular por la bestial campaña publicitaria que lo ha rodeado que por sus verdaderas virtudes y calidad, dejando en la estacada otras opciones mucho más fiables y efectivas, como el olvidado OS/2 de IBM o el fantástico LINUX. Y es que el señor Gates parece tener un don para esto del marketing, pero lo cierto es que, ¿qué se puede esperar de una campaña publicitaria donde se invierte una cantidad de dinero brutal? Es triste, pero la verdad es que el usuario compra lo que le meten por los ojos, sin preocuparse realmente si el producto es realmente lo mejor.
Como colofón, las preguntas del millón: ¿Será el año 2000 el elegido para dar a luz a este sistema operativo definitivo? ¿Vendrá con el cambio de siglo la verdadera solución a la crispación de los usuarios? ¿Será el próximo chip de 64 bits de Intel, el Merced, el precursor de un sistema operativo realmente fiable y efectivo? Aún está por ver lo que se le ocurre esta vez al tío Bill... nada bueno, seguro.