Artículos de Opinión & Reportajes


Reportajes Varios


Artículo realizado por
Carlos Alonso







Visita no guiada al Museo del Futuro.

En nuestra sociedad, tan occidental y respetuosa de los valores constituidos, es posible en la mayoría de las ciudades asistir a Museos. En ellos se puede observar cómodamente y lejos de las inclemencias del polvo, los mosquitos y las distancias que sufren los verdaderos exploradores, pedazos del pasado, regularmente arrancados de su locación original en nombre de la ciencia o el conocimiento. Aquí, en Macedonia, proponemos un paseo diametralmente opuesto: recorrer con nuestra sensibilidad un Museo del Futuro, donde las necesidades de hoy han sido resueltas. Y atención anarquistas, hastiados de clamar contra el poder de la bestia MS, tomad en cuenta esta reflexión: en la medida que más y más estemos atentos a nuestras necesidades de hoy, lo hagamos saber y seleccionemos no-naturalmente con nuestra compra a aquellos que de verdad atienden a nuestros pedidos, este futuro cercano y a la vez lejano se parecerá cada vez más a lo que debería ser. Por tanto, visitad curiosos, y no omitáis cualquier comentario, corrección o agregado que merezca también ser expuesto. Vamos, que tal vez en breve invitemos al mismo Bill, a que aprenda alguna cosilla.

Búsqueda Infructuosa

Lo primero que hacemos al ponernos bajo el distribuidor holográfico es buscar la sala de computación. ¡Gran error!. No hay tal sala, porque las computadoras como las conocemos hoy, máquinas fascinantes que los padres adquieren en las tiendas sin saber bien para qué, ya no existen. En su lugar, prácticamente no queda actividad del género humano que no haya sido bendecida –o contaminada- por los cerebros electrónicos. Así pues, veamos cuáles son las diferencias más importantes con las viejas "PC".

El monitor

Atrás han quedado aquellas viejas interfaces en las que con el ratón se manipulaban objetos en la pantalla... bueno, no tanto. El cambio radical ocurrió allá por el 2005 con la popularización del Flat Panel, idea desarrollada el siglo pasado en el MIT, que consiste en un panel delgado y liviano sobre el cual se trabaja y se ve al mismo tiempo. Sencillamente, la pantalla pasó a la mano, prescindiendo del ratón. En su lugar se trabaja con un Pointer, algo así como un "lápiz" completamente configurable con el que se realizan todas las operaciones directamente sobre el panel. Arrastrar, soltar, seleccionar, clickear, y todas esas "...ar" se hacen ahora mucho más rápido. El Flat Panel no sólo es liviano y a todo color, sino que también puede tornarse flexible, adaptándose así a la superficie sobre la que estamos trabajando: una mesa, un plano inclinado, o las propias rodillas. Algunos modelos ya descifran cualquier escritura manual sin necesidad de un proceso de "training", sin embargo está en discusión si volver o no a la escritura. ¿Qué? Pues... veamos.

El teclado

Condena del siglo XX, el teclado en uso ya no es el QWERTY, o sea el orden de las letras que, como sabrán, fue hecho para dificultar el tipeo. Actualmente el teclado es un elemento no standard, y cada usuario corre una rutina de entrenamiento que determina el grado de habilidad de cada dedo, con lo que se configura un teclado propio, único. A través de la red, el fabricante guarda este protocolo para caso de roturas o futuras actualizaciones, y el teclado personal queda así definido para toda la vida. La misma rutina garantiza que en dos sesiones de cuatro horas es posible escribir al 85% de la velocidad del habla normal, aunque ya cada vez menos gente utiliza este periférico para escribir. ¿Por qué? Bueno, a eso vamos.

Sonido

La segunda gran revolución se estaba gestando a fines del siglo XX, y tímidamente se ofrecían programas que no causaban gran impacto en el público. Hasta que antes de terminar la primer década del siguiente siglo, cómo no, la empresa pionera en procesadores de texto decidió profundizar sus algoritmos de corrección semántica, aprovechando toda la potencia del recién salido procesador trinario Nova, y aplicarlo al reconocimiento de voz. Resultado: las computadoras reconocieron el habla natural, y ya casi todas las aplicaciones, todas las actividades, desde las más complicadas hasta las más sencillas, se pudieron trabajar sin necesidad de entrenar a la máquina para reconocer a su amo-usuario. A partir de aquí, poco transcurrió para que los sitios dedicados a la verificación de la identidad –y edad- adoptaran códigos encriptados que transmitía el programa reconocedor de voz. Así, en cada momento, la aplicación sabía si quien hablaba era su legítimo dueño, abriendo las puertas adecuadas con solo la identificación de la "firma" vocal sonora propia de cada uno. Sin embargo, las fuerzas de la oscuridad metieron la cola, y algunos años despues, aparecieron las primeras denuncias de fraudes realizados mediante la utilización de síntesis de voz. Los "Hackers" habían recuperado el tiempo perdido, y amenazaban con tambalear la nueva tecnología. Pero no duró mucho.

Micrófono

Como todas las aplicaciones se manejaban por voz, era lógico que se destinaran gran cantidad de recursos al desarrollo de mejores periféricos que el micrófono de pie, o el conjunto auricular-boom. Así aparecieron los micrófonos personales, que colgaban del armazón de los anteojos, del pendiente o de una levísima vincha que se adaptaba a la forma de la cabeza. Este adminículo se comunicaba por infrarrojos con cada unidad a la que iba dirigida, y la sobreabundancia de códigos, necesaria por ejemplo para no encender las luces cuando tratamos de bajar el volumen del holovisor, pudo ser absorbida con comodidad por la lógica trinaria. Cuando el ataque de los hackers y la crisis de la autenticación de voz, alguien pensó en incluír en el micrófono un sensor químico, con el que se tomaban muestras del aliento a razón de varias por segundo. Estos perfiles se cotejaban con los almacenados en el banco de memoria del artefacto utilizado, sea el elaborador de alimentos o el automóvil, y aleatoriamente cada cierta cantidad de minutos con un banco alternativo de sólo lectura, que podía estar en la entidad bancaria, la Escuela o el Colegio Profesional. Asimismo, con este aparato los automóviles se hicieron instantáneamente inútiles para aquellos conductores con un nivel determinado de alcohol en sangre, a la vez que la unidad se comunicaba inmediatamente con el puesto policial más cercano, y... bueno, estamos entrando en otro rubro. Antes de eso, aclarar ese tema de "se comunicaba".

Comunicaciones

Qué época aquella en que se trataba de persuadir a la gente de las ventajas de la Internet. Hoy en día toda la información circula con total fluidez, sin interrupciones. La "conexión" como se la llamaría en el siglo XX hoy es permanente, y la lógica del aparato determina qué porción le interesa: la señal holográfica de un partido de fútbol, una señal de audio multidimensional, música MP4, una comunicación privada o determinado software. Ah, claro! No hemos aclarado que en la actualidad el software es muy, pero muy barato, porque se carga directamente del desarrollador en el momento de usarlo. Basta de complicaciones teniendo que actualizar ese programa que nos había costado tanto. Ahora el Soft se baja, con un costo proporcional al tiempo de uso estimado. Siempre se tiene la última versión, que toma la firma de la anterior que utilizamos y configura las preferencias, detectando incluso las funciones más usadas y los errores más comunes de uso, generando una nueva firma. Vencido el plazo, sencillamente la aplicación guarda la información útil, se cierra y... se autodestruye. Sí, como lo oyen, cada programa viene con su propia cuenta regresiva, que garantiza el exterminio de la piratería. Bueno, esa es la idea.

Recién nos hemos asomado a lo que ofrece el Museo. Les proponemos que nos comenten sus propias experiencias y nos sigan acompañando. No, caballero, la salida es por el otro holodistribuidor, gracias.



ÚLTIMA REVISIÓN EN FEBRERO DE 1999




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