Amor en los tiempos de la red
Sin duda se tejen muchas historias de amor en la red. La posibilidad
de interactuar con gente que nunca se hubiera cruzado en nuestro camino
se ha multiplicado a grado tal que están naciendo las nuevas parejas
virtuales.
No se si existen estadísticas, pero la mayoría
estará de acuerdo en que más hombres que mujeres transitan
en el ciberespacio. Aunque los cambios ocurren muy rápido en la
red. Internet deja de ser un privilegio y se transforma en una necesidad.
En un complemento de cada ser humano. En la posibilidad de encontrar lo
que uno busca. Y en el caso del amor, tendremos nuevas referencias en los
próximos años. Por ejemplo, se ha resucitado una costumbre
que casi estaba en el olvido: el intercambio epistolar. Cualquiera puede
tener una cuenta de correo y anunciar sus gustos y búsquedas. Solo
hay que esperar para recibir la invitación de un ser afín.
Mi amigo Adolfo se ufana de haber conseguido una novia virtual: Ayse, una
chica de 22 años que vive en Ankara. Utilizan el ICQ y tienen charlas
en inglés en las que se juran amor eterno. Algo dudoso si consideramos
que solo tienen de "conocerse" menos de un mes y los separa la mitad del
planeta. Antes, se escribía con Leonor, una estudiante venezolana
que también se enamoró virtualmente. Pero seguramente no
todas las historias terminan en el olvido.
Internet, como un medio de comunicación
que nos hace llegar a lugares insospechados, también habrá
visto el nacimiento de parejas ahora formales que se concibieron en los
azares del mouse y los motores de búsqueda. Quien sabe, hijos de
internautas también habrá que en el futuro platicarán
su historia como algo muy normal: Mis padres se conocieron en la red. Que
tal una boda virtual en la que los invitados accesen a la web en cuestión,
observen la ceremonia en tiempo real y dejen sus comentarios y buenos deseos
en el libro de huéspedes. Que tal si mañana recibes un e-mail,
amigo lector, de esa chica canadiense, española, argentina o de
cualquier confín del mundo y te flechas o te dejas flechar para
sentirte otra vez enamorado. Y es que si algunos pensadores de este siglo,
se han empeñado en sostener que el hombre está cada vez más
aislado, la red viene a matizar una nueva soledad virtual, en la que todos
juntos convivimos y en la que encontramos todo, menos soledad. Ahora es
cuando las palabras del poeta mexicano Octavio Paz cobran un sentido peculiar: