stoy a punto de cumplir mi segundo aniversario en INTERNET. Recuerdo la
primera vez que oí hablar de la red. Fué un amigo que acababa de conectarse
y me dijo que en INTERNET había un sitio donde se podía preguntar
de todo. El había preguntado por la letra de una canción olvidada
de los Beatles y un señor se la mandó a los 10 minutos desde Milwaukee.
Y por lo visto la cosa no acababa ahí, aparte de música se podía
hablar de cualquier tema. Eso me bastó para salir pitando a la tienda
y comprarme un modem de 14.400.
Hoy mando este artículo con mi tercer modem (los otros dos los quemé).
Tengo que reconocer que INTERNET ha sido uno de los mejores inventos que
han pasado por mis manos jamás (incluso me ha dado trabajo). Entiendo
que no todo el mundo le da el mismo valor a las cosas, pero sentarse cada
día delante de un ordenador, abrir una ventana al mundo y ver que muchas
cosas están cambiando es algo que vale mucho. Sobre todo para los que
consideramos que la información que retienes es parte de tú patrimonio,
como también lo es tú casa, tú familia o tus emociones.
Pero INTERNET no es una moda más. Hay algo que diferencia INTERNET del
resto de fenómenos culturales y sociales que se han paseado por el siglo XX.
Es paradójico que a estas alturas de la vida, cuando todo lo novedoso
esté inevitablemente tocado por la mano del mercantilismo más atroz, aparezca
un medio de comunicación que te permite acceder a toneladas de
información gratuita. Sin barreras, sin controles y a gusto del consumidor.
Igual en Rusia que en Japón, en España que en Ecuador... Si bien
es cierto que los intereses capitalistas estén presentes en la red, ni
mucho menos la controlan como ocurre con el resto de medios de comunicación.
Podría pasar horas y horas en INTERNET sin tropezarme con ninguna marca,
podría estar horas y horas leyendo la información que me interesa saber
y no la que me obligan. ¿Podríamos hacer eso con la television,
la radio, la prensa o incluso el cine?
Se nos ha colado en el mundo de los medios de comunicación de masas, donde
se pretende que los medios controlen a los individuos, un medio donde
cualquiera campa a sus anchas, donde si quiero recibo información y si
quiero la envío. Donde puedo montarme una tribuna para que el mundo me
vea, donde soy absolutamente igual al resto de usuarios, donde la premisa
no es recibir información, sino compartirla, donde la dictadura de los
mass-media choca con la libertad del "di lo que quieras". Donde
coexisten mercaderes y artistas, quien hace leyes y quien hace trampas, lo
oficial y lo no-oficial, lo creíble y lo increible, lo gratuito, lo
tasado y lo robado, lo legal y lo ilegal.
INTERNET es el país de la oportunidades, donde la colaboración hace milagros
(linux, freedows...), donde la no-oficialidad tiene más credibilidad
que la oficialidad, donde desmentir una cosa es tan fácil como asegurarla,
donde todos pueden estar en todas partes y donde conceptos como
colaborar, compartir y comunicar empiezan a chocar frontalmente con las
directrices de una sociedad cuyos principios promueven justamente todo lo
contrario: individualismo, egoismo e incomunicación.
Algo está pasando, y no sólo en INTERNET. La Red es el reflejo de una
actitud (o mejor dicho, de una aptitud). Cada época refleja la condición
e inquietudes de sus protagonistas y el siglo XXI empieza a reflejarse
en la actividad de quienes vamos a empezar a forjarlo. INTERNET fue creada
y desarrollada por jóvenes de las décadas de los 60, 70 y 80 y hoy
es llevada en volandas por las nuevas generaciones. Esa corriente de aire
fresco que sopla en INTERNET y que habla de cooperación no es casual,
es la señal de que los tiempos, como siempre, están cambiando y, aunque
el temporal todavía sopla fuerte, el cambio va ser para mejor.
No tiene más remedio.