|
|
Artículo
realizado por
Samuel Rísquez
Supongo que la mejor manera de romper el hielo para iniciar un articulo como éste es diciendo aquello que el autor tiene de cada una de las compañías y sus experiencias con cada una.
Veamos. Mi primera consola fue una NES (Nintendo Entertainment System). Es uno de los grandes tesoros que guardo y no se que haría si la perdiese. Yo nunca alcancé al Spectrum, así que podríamos decir que lo que para otros fue esa máquina (creo que el resto del equipo de esta misma revista al completo se encuentra entre ellos), para mí lo fue esta, mi ya lejana en el tiempo NES.
Supongo que no hace falta que diga nada más sobre mis vivencias y lo que siento por esta consola porque ya le dediqué todo un artículo. El caso es que, aún hoy, esta consola me divierte cantidad. No estaría muy equivocado si dijese que me entretiene más una partida al Super Mario Bros de esta consola que una al Super Mario 64.
Después vino la Master System, por influencia de mi primo. Y muy poco después adquirí la Mega Drive.
Ésta consola fue mi segundo tesoro. Sonic The Hedgehog es de los juegos que más valoro en mi colección. También aún hoy tengo mis momentos y conecto la Mega Drive para revivir momentos pasados.
El caso es: ¿puede decir alguien que tiene una PlayStation lo mismo sobre un juego para ésta consola? No estoy diciendo en absoluto que sus juegos sean malos, pero, en mi opinión, no es posible. No digo que todos, pero sí es cierto que cuando oyes hablar a alguien de una vivencia con un juego de ésta consola, muchas personas acaban por remitirse, casi desde el principio de su exposición, al genial vídeo que le ha salido al final del nivel, o a lo bien hecho que estaba aquel personaje, o a lo que “mola” el efecto de la sangre. No es ni mucho menos negativo, pero, ¿volverá a jugar ésta persona con ésta consola dentro de cinco, diez, veinte años, o preferirá comprarse lo último para ver también una gran calidad gráfica? Creo que ésta pregunta se responde ella misma. Y ésto, ¿es malo o bueno?
Después tenemos a Nintendo 64. ¿Ha conseguido Nintendo mantener su forma de hacer videojuegos inolvidables, o incluso éste gigante ha decaído? Miremos Super Mario 64, que de momento es la referencia más cercana que podemos tener de las aventuras de éste personaje. ¿Mantiene el espíritu de Super Mario Bros? Desde luego, el juego no es el mismo. Ha pasado de ser un avanzafases interminable a un conjunto de misiones por nivel. Pero a pesar de ello, tenemos a los típicos personajes de la saga: Bowser, las tortugas, las setas, los cañones (en muchísima menos proporción, por cierto), las plantas carnívoras, ... Pero ya no es lo mismo. No es más que un lavado de cara. No es más que matar a una seta, como antes, pero en 3D; no es más que ir corriendo tras una vida, pero en 3D; no es más que salir volando por un remolino de viento (bueno, esto no llegó hasta SMB3), pero en 3D; no es más que ser comido por un enorme pez, pero también en 3D (esto tampoco llegó hasta SMB3). En resumen: no da nada nuevo a la saga, más que escenarios perfectamente diseñados y personajes anteriores más detallados en forma poligonal. Pierde mucho. No añade nuevos personajes (bueno, salvo los jefes que hay en algunos niveles y alguno que otro como las arañas que saltan sobre el agua), e incorpora tan sólo algunas nuevas experiencias (subirse a la tortuga, ser lanzado por el cañón, ...). Se trata simplemente de rememorar viejos tiempos pero con mayor tecnología. Como una reedición de lujo de los anteriores juegos. Pero cuando yo quiera rememorar experiencias con Mario, recurriré a la NES y como mucho a la Super Nintendo. Super Mario 64 lo dejaré para después, para jugarlo si me queda tiempo.
Una gran labor de técnica, pero, majestad Miyamoto, con éste juego no te has roto mucho los cuernos más allá de los gráficos y la genial adecuación de la música a los niveles, en especial a algunas zonas de éstos. Pero te perdonamos, fue un desliz para probar la nueva máquina. Porque hemos comprobado que en Zelda 64 has hecho todo lo que tenías que haber hecho con Super Mario 64: escenas entrañables que dan ganas de empezar el juego de nuevo, y además, alta tecnología.
¿Acaso cree alguien lo contrario? Os gustará Zelda 64 más o menos que a mí, pero tenéis que reconocer, al menos, que en ésta ocasión no se ha limitado sólo a la técnica.
Pasemos ahora a Sega. Sus primeros Sonic ofrecían continuamente nuevos enemigos, nuevas formas de acabar un escenario y una de las cosas que más ayudan a mantener una saga: nuevos personajes principales con diferentes habilidades. ¿Han conseguido lo mismo con Saturn y DreamCast?
En Saturn, desde luego, no. No hay más que mirar a Sonic 3D (que para MegaDrive está bien, pero para Saturn...). O a Sonic R. Un juego de carreras de concepto bastante sencillo, pero muy bueno gráficamente. No han hecho un Sonic para ésta consola que pueda tener el honor de suceder a los anteriores.
¿Y en DreamCast? No lo he probado, pero parece ser que ha añadido cosas nuevas. ¿Igual que el caso Super Mario Bros VS Super Mario 64? Cuando llegue a España podré decirlo.
Esto es más o menos una primera exposición. Hemos comprobado que las tres compañías han pasado por la misma experiencia de sobresaltarse por una gran tecnología y olvidarse de lo demás.
Nintendo y Sega no han perdido demasiado con esto. Todos sabemos que ambas, en sus inicios, se inclinaban por juegos divertidos olvidando la tecnología, pero con el tiempo empezaron a interesarse más por lo segundo. Así que podemos perdonarlas porque podemos asimilar que ha sido un resbalón y que pueden recuperarse (Nintendo ya lo ha hecho, aunque veremos qué pasa con Dolphin). Pero, ¿y Sony?
Sony es una compañía relativamente nueva, y para ganarse el puesto que ahora tiene, ha tenido que renunciar ya desde el principio a una gran tecnología y a miles de aparatejos para controlar los juegos. Así ha atraído a muchos creadores de juegos para ordenador (la mayoría de buenos juegos de ésta consola están o estarán en breve para PC) y a los millones de personas que han comprado la consolita. Pero, ¿qué pasaría si, ahora mismo, desapareciesen, a la vez, Nintendo, Sega y Sony?
Nintendo sería recordada como la que introdujo los videojuegos en el mundo y la que hizo muchos de los juegos más entrañables que existen.
Sega sería recordada como la primera gran discípula de la anterior, que para su desgracia empezó a interesarse demasiado por la tecnología, llevándola además a usar sistemas operativos complicados para manejarlo, por lo que ahora ha de esforzarse mucho para reponerse.
Y Sony sería recordada como una simple fabricante de consolas (pues, a diferencia Sega y Sony, no crea directamente software), y que para triunfar tuvo que recurrir a alta tecnología para atraer a grupos de programación, y que llevaba el mismo camino para su segunda máquina. ¿O no?
Aunque parezca una tontería, estas diferencias son muy importantes a la hora de subsistir. Sin Third Parties (compañías independientes que crean juegos para las máquinas de otras compañías), Nintendo y Sega sobrevivirían (aunque tuviesen pocos juegos), pero el gran catálogo se Sony ha salido TOTALMENTE de éste tipo de compañías.
Sega ha demostrado que, aunque le ha sido difícil (y ha acabado por decaer), ha podido mantener una consola programando casi casi ella sola sus juegos. Recordemos que es de las mayores compañías de juegos para máquinas arcades del mundo. Pero no ha perdido el apoyo de los seguidores más fanáticos e incluso ha conseguido atraer a otros, apuntándose ya a unos compradores seguros para DreamCast.
Y Nintendo también ha demostrado que ellos son es más que suficientes para implementar juegos exitosos para sus consolas (Mario, Zelda, los Pocket Monster, y todos sus derivados, son un ejemplo).
Luego ya está la imagen que dan al público.
Nintendo puede dar una imagen infantil, pero siempre se ha caramelado a gente de todas las edades.
Sega da una imagen de buscar siempre un nuevo hardware para sus fines, pero últimamente lleva aires de recuperación y parece ser que todo puede arreglarse.
Y Sony... Sony da una imagen de necesidad, de necesidad de otras empresas (aunque los que la siguen no se suelen dar cuenta) para tener éxito. Publicitariamente, da una imagen muy agresiva que ha conseguido que a algunas personas les de vergüenza reconocer que disfrutan con Mario y otros.
Una vez expuesta mi opinión,
es hora de que cada uno piense lo que quiera y que juegue a lo que quiera,
pero no está de más que cada uno tenga la opinión
que desee, no la que le impongan.
ÚLTIMA
REVISIÓN EN JULIO
DE 1999
|