Por fortuna en Internet no ocurre lo mismo que con las obras de arte, si
haces algo bueno, se reconoce al poco tiempo y no después de muerto. Hace
un año que navego, como me es buenamente posible, entre las aguas de la red
de redes capitaneando una nave ya añeja, MeriStation. Mi amigo Fernando,
director de este magnífico magazine de divulgación, me pedía en un extenso
e-mail que escribiera un artículo explicando un poco la historia de
MeriStation, ante esta petición de tan alta instancia no he podido negarme.
Sin darnos cuenta ha pasado un año desde que unas escuetas páginas que
intentaban ayudar a los vídeoadictos se convirtieron en el magazine de
juegos más leído de la red, y como no espabilen las publicaciones impresas
en el antiecológico y prehistórico papel, MeriStation se convertirá en el
líder indiscutible en ambos medios.
Pero quisiera explicaros dónde veo yo el mérito de MeriStation.
Preguntadles a los directores de magazines como Macedonia o Bitniks, lo
difícil que es conseguir una audiencia considerable cuando se tratan temas
honestos. Todo el mundo sabe como triunfar en la red hasta el punto en que
te echen del servidor: pornografía, cracks, warez... son el éxito fácil.
Pero tratar contenido y para una minoría como son los videoadictos, eso es
realmente difícil. Sin duda, el hueco existente hace doce meses en la red,
en cuanto a publicaciones sobre videojuegos en castellano, ha ayudado. Pero
a fecha de hoy contamos cinco publicaciones que nos siguen los pasos y
MeriStation sigue creciendo sin parar cada día que pasa. Estamos en una
época dulce, pero quiero que conozcáis la amarga.
Llamar, hace un año, a una distribuidora de juegos o a un fabricante de
tarjetas de vídeo y explícales que haces una revista en Internet y que
necesitas material para trabajar. No se reían por educación supongo, pero
poco les faltaba. Tuvimos que abrirles los ojos, como la peli de Amenábar,
y hacerles ver que si no cooperaban iban a perder un tren que les podía
suponer grandes pérdidas. No todas creyeron en el proyecto, pero algunas,
de las que me enorgullezco mencionar (Virgin, Friendware, Ubi Soft y
Proein), subieron a esta nave con un rumbo muy claro, demostrar que
Internet es un medio tan o más popular que el papel o la televisión. Y así
ha sido. Ante el éxito, las demás distribuidoras no han dudado en coger el
tren, eso sí, los últimos vagones pues aún no poseen web site propio o
desconocen qué significa un banner de publicidad.
No se acaban aquí las penas de un éxito rotundo. En una revista de papel,
puedes hacerlo mejor o peor pero la gente paga por ella y los anunciantes
están convencidos de que la publicidad llega a un público determinado, pero
hace un año una publicación electrónica era otro cantar. Un buen día el
proveedor te dice que le estás ocupando el 85% del ancho de banda, que es
necesario ampliar y que cuentan con tu aportación económica. Solución, son
imprescindibles los sponsors (publicidad) pero hace 8 meses no existía
ninguna empresa en España capacitada para tramitar la publicidad que puede
exponer MeriStation. Afortunadamente una de las empresas de publicidad más
importantes a nivel mundial centró la vista en MeriStation y nos salvó de
un cierre seguro.
Y la última pena. El 90% de los visitantes de MeriStation provienen de
España. Un país que aún hoy, vive bajo el yugo monopolístico de Telefónica,
mal disimulado con un competidor de dudoso capital (Retevisión es del grupo
de Antena 3 TV cuyo principal accionista es Telefónica). Cuando recibimos
navegadores que demuestran que Internet está ahí para tener una conexión
permanente, como si fuera una tele, con tecnología push, paf y pif, en
España aún hay que andar con ojo en lo referente a lo que ahora llaman "las
cuentas claras" (la maldita factura vaya).
Pero esta carrera de obstáculos no ha impedido que MeriStation esté donde
está. A veces sueño que Internet está al alcance de todos los videoadictos
de habla hispana y que pueden consultar las críticas más objetivas de la
red. Y no es echarse flores porque sí. Esta publicación nació con una
directiva, de videoadictos para videoadictos. Es decir para ayudarnos los
unos a los otros en todos los aspectos y a fecha de hoy no hemos recibido
ni una queja porque alguien se haya comprado un juego que hayamos
recomendado y no le haya gustado o al revés.
En fin, espero poder volver el próximo año y poder explicaros lo que va a
pasar en este segundo año.