No hace falta ser un experto para darse cuenta de que el panorama
informático actual está realmente saturado. Antes, era mucho más
sencillo aprender. Era relativamente fácil decidirse por un campo u otro.
Uno se podía dedicar al área de la programación, al del
diseño, podías abarcar y seguir el día a día de los avances en el
hardware (nuevos periféricos, nuevas máquinas, procesadores,
tarjetas...) y del software (paquetes gráficos, de diseño,
compiladores...) Todo podía ser perfectamente asimilado.
Estábamos al día. Sabíamos en dónde nos movíamos
pero... ¿y ahora?.
Ahora ya no basta con saber un lenguaje de
programación. Ahora tienes que saber también desenvolverte con
otras muchas herramientas. Ya no sólo hace falta saber que existe un
procesador que acaba de salir y las características que incorpora. Ahora
hay que medir el tiempo en que tardará en salir el siguiente para que
tu aplicación o proyecto no quede obsoleto antes, si quiera, de ponerte a realizarlo.
Ahora hay que aguantar al conocido que se acaba de comprar un ordenador hablándote
de cosas que tú aún no has tenido tiempo de leer porque
estás embarcado en el aprendizaje de una nueva herramienta o porque se te
ha olvidado echar un vistazo, desde hace un par de días, a
la última lista de novedades de hardware.
Todo este ambiente puede llegar a acabar con el
informático que ha crecido poco a poco, con el informático que ha crecido
sabiendo dominar todos y cada uno de los entresijos que su herramienta le
ha proporcionado. Ahora, cuando crees que estas empezándole a coger el
tranquillo a un paquete de software, a desenvolverte con un entorno
gráfico o a captar las ideas del lenguaje que has decidido utilizar
para tus proyectos futuros, oyes cómo se anuncia la inminente
llegada de la siguiente versión que promete mejorar, en todos los aspectos,
a la herramienta anterior... Y lo más gracioso de todo es que
aún no te ha dado tiempo a poner en práctica todo lo que has
aprendido porque te has pasado sufriendo una curva de aprendizaje durante 6
largos meses. ¿Cuándo vas a poder trabajar realmente sobre lo que
has estado preparándote?. ¿Cuándo vas a poner en práctica todos
tus conocimientos sin que estos se vean obsoletos antes de ser llevados a la práctica?.
¿Cuándo vas a poder ser el verdadero profesional que esperas ser?.
El desarrollador actual se convierte en una persona que
se ha ido haciendo a base de saber de muchas cosas pero "por encima" y esto,
bajo mi humilde opinión, no es algo bueno.
El espíritu de la informática actual es el de saberte mover por
muchos lugares pero sin profundizar realmente en ninguno de ellos y así sacar el
máximo partido a lo que tienes delante de ti.
¿Quién tiene la culpa?. ¿La tecnología o
las empresas productoras de herramientas?. Yo creo que la respuesta se encuentra
en las casas productoras. La tecnología avanza y debe avanzar con paso
firme, sin vuelta atrás, pero hay que saber administrarla y dosificarla.
De poco vale lanzar una versión quinta de un producto si al año
siguiente tenemos una sexta versión que no añade más
que unas pocas novedades y hace que el programador pase por un mar de
incertidumbre que va desde el anuncio de la "nueva" herramienta
hasta el de la campaña de marketing de las casas productoras que
lo venden como la herramienta "única" para que tus producciones
"estén a la altura de la tecnología". Este hecho de sacar
herramienta tras herramienta con la etiqueta de "versión n+1" en lugar de
"versión n+ 0.1", contribuye a alejar aún más a los futuros desarrolladores de su
meta "llegar a controlar el 75% de la plataforma de desarrollo en cuestión". Ahora, lo único que veo, son a
supuestos entendidos que saben controlar tres o cuatro opciones, soltar una
parrafada que se han memorizado para intentar impresionar a los demás
pero que, a fin de cuentas, no saben desenvolverse ni un 10% con ella y que al
primer "no se qué pasa" aplican el "apaga y enciende".
Si estáis aprendiendo, concentraros en la
última herramienta que tengáis disponible cuando
comencéis pero no la cambiéis por la siguiente versión hasta
no dominar la que tenéis al completo.
Ese es el principal reto para el desarrollador, en cualquiera de sus facetas,
actual. No hay que dejarse arrastrar por las "ambiciones" y las "prisas" pues esos
factores son los peores compañeros de viaje de cualquier aprendizaje.
Estudiar lo que tenéis, sin prisa pero sin pausa y, cuando lo
dominéis, ya os aprenderéis las, en el 90% de los casos,
mínimas mejoras de la siguiente versión las cuales, quizás
nunca lleguéis a utilizar en vuestros desarrollos.
No dejéis que la tecnología os domine, dominarla vosotros y
utilizarla cuando haya que utilizarla no cuando quieran que la utilicéis.