Artículos de Opinión & Reportajes


Programación y Desarrollo


Artículo realizado por
José Antonio Suárez.







¿Qué es lo que espero de Windows 98?

Bien es cierto que soy bastante reacio a cambiar, en cualquier circunstancia, de Sistema Operativo, pero ante la avalancha de publicidad masiva que se avecina con la llegada del Windows 98 a España (oficialmente, ya que en los CDROM piratas lleva unos cuantos meses) mucho me temo que si quiero seguir utilizando las herramientas de última generación voy a tener que cambiar de mi OSR2 al "nuevo" Windows.

Yo me dedico profesionalmente a la informática, y como profesional, se me exige continuamente la renovación de mis conocimientos tanto a nivel de programación, como a nivel de usuario. Esto provoca que si un Sistema Operativo cambia, debido a las estrategias comerciales de las casas desarrolladoras de Software que aprovechan estas salidas para sacar su versión X+1 especial para Windows 9X, yo también tendré que cambiar a las nuevas versiones de los programas que tengo que utilizar. (de PhotoShop 4 al 5, de Delphi 3 al 4, de Premiere 4 al 5, del 3DMax 2 al 2.2...).

Sé perfectamente que no debería quejarme ya que esto es algo a lo que los informáticos tenemos que estar resignados, y no me equivoco al decir que puede que sea la ciencia que mayor nivel de actualización exige a sus profesionales.

Pero hay una pega cuando se cambia de un sistema operativo tipo Windows.

Cuando un programador está desarrollando una aplicación tiene que saber perfectamente cómo funciona el sistema operativo sobre el que trabaja, ya que a la hora de detectar los fallos (que siempre existirán) se debe poder decidir si es una debilidad de su código o uno de los sempiternos fallos de Windows para atajarlo cuanto antes (el tiempo es dinero en este tema).

Cuando se conoce lo suficiente a Windows 95 se sabe cuáles son sus puntos flancos, qué es lo que en teoría se podría hacer, pero en la realidad no se puede, lo que pasa cuando se fuerzan determinadas librerías que no están del todo bien hechas (como casi todo Windows desde que se creó)...

Según de qué aplicaciones estemos tratando, el nivel de conocimiento sobre Windows sube o baja. Por ejemplo, para una aplicación de bases de datos no falta saber casi nada del sistema de mensajes sobre el que está basado Windows, pero cuando un programa tiene que bregar con Windows a tan bajo nivel que su único medio de programación es mediante las interrupciones del sistema de mensajes, del propio núcleo del sistema operativo, cuando toda la filosofía cambia, cuando alguno de sus aspectos más importantes es modificado, se puede decir prácticamente que lo que sabía no sirve para nada y que "simplemente" vuelve a ser un inexperto cuando antes era considerado un maestro.

Lo que yo espero del nuevo Windows es lo que esperaba del antiguo Windows, o sea, ¡Que no casque cuando estoy trabajando!... o que al menos me permita guardar mi trabajo en lugar de tener delante un absurdo cursor sobre una inmóvil pantalla en la que no puedo hacer nada a menos que reinicie el ordenador.

Quiero que Windows 98, aparte de todas sus supuestas mejoras de FAT32, de sistema de archivos mejorados, de mejor soporte de PlugIns, de más control sobre las aplicaciones, de más interactividad sobre la forma en que aparecen en nuestro escritorio las cosas, lo que quiero es que no envejezca.

Existe entre algunos informáticos una teoría muy curiosa, y esta es:

Windows recién instalado sobre una máquina nuevecita funciona a las mil maravillas, con velocidades de vértigo sin poseer la última y más sofisticada máquina del momento, pero a la semana después de haberlo instalado y tras haber instalado a su vez varias aplicaciones la cosa empieza a envejecer.

Se puede decir que el sistema se degrada, el registro del propio Windows va engordando poco a poco, por mucho que le digamos desde el panel de control "Agregar o quitar programas", muchos enlaces van a permanecer, muchas DLLs, y LIBs, y ActiveX, y CuchufletasX se van a quedar en el System.

Y al mes, el Registro del Sistema que se carga enterito en memoria sin que podamos evitarlo, ocupará 20 Megas de RAM, y si, como me gusta a mí, os da por instalar y desinstalar todo lo que caiga en vuestras manos, a los 2 meses el Registro ocupará toda la memoria RAM, y cualquier cosita que se haga empezará a maltratar nuestro disco duro pidiendo "una poquita de memoria adicional po-favó" para ejecutarse... hasta que el colapso nos lleve a algo muy temido por un programador que basa su trabajo en mantener la máquina en la que programa "estable". Esto tan temido es la corrupción de las DLLs, algo muy habitual cuando el sistema casca en medio de la carga de una librería... y entonces comienzan a surgir los fallos... y entonces comienzan las preguntas al aire que nos caen escupidas sobre la propia cara:

¿Por qué casca, por mi código o por el maldito sistema operativo?

Y en este momento, con conocimiento de causa si se es un programador de sistemas (o sea, que se programa a bajo nivel de verdad), puedo afirmar que se da uno cuenta de lo absurda y malamente que está hecho Windows por dentro.

Bien es cierto que es necesario, "un mal necesario" dirían algunos.

Yo sé que muchas cosas son muy difíciles de programar, hasta el punto de que podría decir que si Windows estuviese bien programado (o sea, sin fallos), lo que consigue hacer chapuceramente ahora sería una maravilla de la programación. ¡Una auténtica maravilla!, ya que las pretensiones son ambiciosas... pero aun a pesar de ser desarrollado por decenas de equipos de programación dirigidos por Analistas Programadores, aun a pesar de tener una millonada en presupuesto, que ya querría algún pobre país para su propio manejo..., aun a pesar de eso, no puedo dejar de pensar que Windows es una auténtica chapuza. Es como un globo con muchos dibujitos, que por dentro está lleno de aire, y que si se produce un pequeño rasguño, explota y se lleva a todo por delante.

Los que nos ganamos la vida trabajando sobre él (porque no nos queda otro remedio ya que es lo que se vende), sabemos los auténticos juegos de malabares que tenemos que montar para que el usuario no se dé cuenta de que más que darle justamente lo que quiere, se intenta darle lo que buenamente se puede. Yo, cuando termino un programa de bajo nivel, tengo la sensación de que no tengo el absoluto control de lo que pueda pasar, que mi programa es un pobre jinete sobre un caballo salvaje y loco.

Si pudiese quitar todas las comprobaciones tipo "por si acaso", todos los manejos de errores (que no sean para evitar que el usuario haga el bestia), todos los saltos, atajos y muros para esquivar las funciones peligrosas... si no tuviera que poner nada de esto, mis programas serían muchísimo más eficientes, no perdería tanto tiempo en dar rodeos, acabaría antes, no tendría que pasar días enteros buscando un maldito fallo que casca toda la aplicación... pero esto, hoy por hoy, es imposible de hacer.

Cuando una aplicación seria maneja decenas, cientos de archivos, cuando el ejecutable se vuelve terriblemente grande porque al compilarlo se activan todos los chequeos habidos y por haber, cuando lo que prima muchas veces es la velocidad que hay que sacrificarla en aras de la estabilidad, cuando todo esto pasa y no es culpa de un mal diseño o de una mala codificación... algo falla y no es el jefe de la aplicación ni sus programadores.

Un "creador" de software, un "programador" de aplicaciones tiene la necesidad de sentir que controla lo que está sucediendo. Cuando se manejan doscientas mil líneas de código se tiene que tener la seguridad de que lo que se dice que se haga, se haga de verdad, y no esperar que se haga ¡POR FAVOR!.

Pues bien, si Windows 98 es capaz de al menos aliviar esta parte, bienvenido sea, aunque haya que tragarse su navegador por la fuerza, aunque los programadores tengamos que aguantar tantas tonterías de confirmaciones y reconfirmaciones, aunque tengamos que cambiar de máquina para que "simplemente" vaya igual de rápido que antes.

No quiero que Windows 98 envejezca, que su registro engorde y que sus DLLs se arruguen.

No quiero que Windows 98 me deje planchado con un maldito fallo que cierre mi aplicación cuando un usuario estaba haciendo algo importante y todavía no lo había grabado.

No quiero tener que reinstalarlo cada dos meses para que mi lento ordenador resurja de sus cenizas.

Quiero que sea estable, que no me la juegue, que los usuarios de mis programas no me echen la culpa porque su impresora no imprime y no le saca mis estadísticas, que no me pongan verde porque su tarjeta de vídeo va lenta y mis animaciones se quedan pilladas, que no me den la lata diciendo que han grabado las cosas y al volver a arrancar ya no están...

¡Quiero que sea un Sistema Operativo de VERDAD, porque si forzosamente tengo que cambiar, al menos que no me traicione!






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