Macedonia de Ocio


Wataro Yoshizumi
Marmalade Boy / Macedonia Nipona


Artículo realizado por
Samuel Rísquez






Resumen del tomo I. Capítulo 1.

Miki hablaba sobre la charla que había mantenido con sus padres con Meiko, una amiga y compañera de clase.

Le cuenta que todo empezó cuando sus padres se fueron a Hawai, dejándola a ella sola en casa...

Allí conocieron a los Matsuura, una familia que, al igual que ellos, era “diferente”. Al coincidir, empezaron a hablar, y a hablar... y a hacer algo más. Rumi, la madre de Miki, se enamora apasionadamente de Yoji Matsuura, mientras Chiyako, mujer de éste, se enamora de Jin, que a su vez es... ¡el padre de Miki!

Le explican que se tranquilice, que ellos consideran que no pueden seguir cómo matrimonio cuando se han enamorado a la vez de otra pareja, a pesar de la opinión que Miki tiene sobre la pérdida de pasión al cabo de los años. No hay forma de convencerles.

Meiko le dice que tampoco es para tanto. Al menos, ellos expresan claramente sus sentimientos. Aquí se empiezan a vislumbrar los problemas de la gente que rodea a Miki: Meiko proviene de una familia rica. Sus padres no se quieren entre ellos, lo único que quieren es guardar las apariencias, mientras la hacen sufrir a ella, que crece con el ejemplo de unos cuyas discusiones son la base de su relación.

Miki y su familia se va a cenar con los Matsuura para que ella los conozca. Por el camino, conocemos a otra amistad de Miki, en éste caso un chico llamado Ginta que al parecer guarda gran amistad con ella.

Se presenta a la cena, celebrada en un lujoso restaurante, decidida a hacer retroceder a las dos enloquecidas familias. Conoce al matrimonio Matsuura, y rápidamente resuelve el misterio: ellos también están locos.

Pero ellos son cinco, y en la mesa hay cubertería para seis... Miki descubre que los Matsuura tiene un hijo, al que “también quieren hacer la vida imposible” según sus palabras. Nada más ver al retrasado hijo, se da cuenta de que... es demasiado irresistible para ella. Se llama Yuu, y nada más verlo se pone roja, pero después de pensarlo considera que es más importante hacer volver a su familia a la normalidad, o al menos devolverles la poca normalidad que tenían.

Se ponen a discutir sobre el asunto. Miki bombardea a los dos matrimonios con todo lo que hace impensable lo que quieren hacer: las apariencias, la rareza del asunto... Pero se lleva un gran chasco: Yuu, el único que podía haber sido su aliado, parece estar de acuerdo con sus padres y los Koishikawa, y después de una amena discusión en que los padres demuestran una vez más que están como una cabra, Yuu le hace ver que debe dejar libres a sus padres.

Pero la cosa no acaba aquí, porque deciden que, para que no hayan separaciones, se pongan a vivir los seis... en la misma casa. Miki ya no aguanta más.

Tras divorciarse, ambas ex-familias se trasladan a una gran casa. Yuu y Miki tienen ahora sus primeras conversaciones. Ella descubre que su nuevo “hermano” se parece más a sus padres de lo que le gustaría... Guarda bastante coherencia, aunque su forma de pensar no le acaba re gustar.

Entonces Rumi se la lleva a un lado para hablar ellas dos solas, y le pide un favor: ha de ser amable con Yuu, pero no debe enamorarse de él. A Miki le resulta extraño. Rumi dice simplemente que no quiere más líos en la familia. Ja, mira quien habla. Miki considera que no le será muy difícil llevar a cabo ése favor. Y es que, ¿quién podría enamorarse de un tipo tan raro?

Al día siguiente, de camino al colegio, Miki cambia con Meiko sus primeras impresiones sobre los Matsuura. Justo cuando hablaba de que durante las horas de colegio no tendría que aguantar a mentes trastornadas... aparece Yuu por detrás. No hace falta que os explique el enfado que coge Miki al enterarse de que Yuu no sólo irá a su mismo colegio, sino a la misma clase...

Yuu se lleva a Miki para que le presente a los profesores. Entonces aparece Ginta, y tras ver su asombro Meiko le dice que Yuu y Miki van a estar bastante rato juntos a partir de ahora... La mirada de Ginta refleja que a él no le va a gustar mucho ese nuevo alumno.

Yuu, nada más llegar, se lleva a todas las chicas del colegio tras él, mientras Miki se maldice a si misma. Pero ahora puede estar contenta: Ginta ha ido a buscarla para ir a jugar a tenis, pues ambos pertenecen al club de dicho deporte del colegio. Yuu no puede evitar sentir curiosidad (o algo más) y les sigue. Se extraña de que se lleven tan bien, sobretodo cuando Meiko, que ha salido a su paso, le explica que ella se le declaró hacía unos años, siéndo rechazada por Ginta.

Y así acaba esta breve introducción a la anormal historia que Wataru Yoshizumi ha creado con Marmalade Boy. Si os parece que no puede ser más rara... es que no la habéis leído ;-)

ÚLTIMA REVISIÓN EN ABRIL DE 1999




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