Resumen del tomo I. Capítulo 1.
Miki hablaba sobre la charla
que había mantenido con sus padres con Meiko, una amiga y compañera
de clase.
Le cuenta que todo empezó
cuando sus padres se fueron a Hawai, dejándola a ella sola en casa...
Allí conocieron a
los Matsuura, una familia que, al igual que ellos, era “diferente”. Al
coincidir, empezaron a hablar, y a hablar... y a hacer algo más.
Rumi, la madre de Miki, se enamora apasionadamente de Yoji Matsuura, mientras
Chiyako, mujer de éste, se enamora de Jin, que a su vez es... ¡el
padre de Miki!
Le explican que se tranquilice,
que ellos consideran que no pueden seguir cómo matrimonio cuando
se han enamorado a la vez de otra pareja, a pesar de la opinión
que Miki tiene sobre la pérdida de pasión al cabo de los
años. No hay forma de convencerles.
Meiko le dice que tampoco
es para tanto. Al menos, ellos expresan claramente sus sentimientos. Aquí
se empiezan a vislumbrar los problemas de la gente que rodea a Miki: Meiko
proviene de una familia rica. Sus padres no se quieren entre ellos, lo
único que quieren es guardar las apariencias, mientras la hacen
sufrir a ella, que crece con el ejemplo de unos cuyas discusiones son la
base de su relación.
Miki y su familia se va a
cenar con los Matsuura para que ella los conozca. Por el camino, conocemos
a otra amistad de Miki, en éste caso un chico llamado Ginta que
al parecer guarda gran amistad con ella.
Se presenta a la cena, celebrada
en un lujoso restaurante, decidida a hacer retroceder a las dos enloquecidas
familias. Conoce al matrimonio Matsuura, y rápidamente resuelve
el misterio: ellos también están locos.
Pero ellos son cinco, y en
la mesa hay cubertería para seis... Miki descubre que los Matsuura
tiene un hijo, al que “también quieren hacer la vida imposible”
según sus palabras. Nada más ver al retrasado hijo, se da
cuenta de que... es demasiado irresistible para ella. Se llama Yuu, y nada
más verlo se pone roja, pero después de pensarlo considera
que es más importante hacer volver a su familia a la normalidad,
o al menos devolverles la poca normalidad que tenían.
Se ponen a discutir sobre
el asunto. Miki bombardea a los dos matrimonios con todo lo que hace impensable
lo que quieren hacer: las apariencias, la rareza del asunto... Pero se
lleva un gran chasco: Yuu, el único que podía haber sido
su aliado, parece estar de acuerdo con sus padres y los Koishikawa, y después
de una amena discusión en que los padres demuestran una vez más
que están como una cabra, Yuu le hace ver que debe dejar libres
a sus padres.
Pero la cosa no acaba aquí,
porque deciden que, para que no hayan separaciones, se pongan a vivir los
seis... en la misma casa. Miki ya no aguanta más.
Tras divorciarse, ambas ex-familias
se trasladan a una gran casa. Yuu y Miki tienen ahora sus primeras conversaciones.
Ella descubre que su nuevo “hermano” se parece más a sus padres
de lo que le gustaría... Guarda bastante coherencia, aunque su forma
de pensar no le acaba re gustar.
Entonces Rumi se la lleva
a un lado para hablar ellas dos solas, y le pide un favor: ha de ser amable
con Yuu, pero no debe enamorarse de él. A Miki le resulta extraño.
Rumi dice simplemente que no quiere más líos en la familia.
Ja, mira quien habla. Miki considera que no le será muy difícil
llevar a cabo ése favor. Y es que, ¿quién podría
enamorarse de un tipo tan raro?
Al día siguiente,
de camino al colegio, Miki cambia con Meiko sus primeras impresiones sobre
los Matsuura. Justo cuando hablaba de que durante las horas de colegio
no tendría que aguantar a mentes trastornadas... aparece Yuu por
detrás. No hace falta que os explique el enfado que coge Miki al
enterarse de que Yuu no sólo irá a su mismo colegio, sino
a la misma clase...
Yuu se lleva a Miki para
que le presente a los profesores. Entonces aparece Ginta, y tras ver su
asombro Meiko le dice que Yuu y Miki van a estar bastante rato juntos a
partir de ahora... La mirada de Ginta refleja que a él no le va
a gustar mucho ese nuevo alumno.
Yuu, nada más llegar,
se lleva a todas las chicas del colegio tras él, mientras Miki se
maldice a si misma. Pero ahora puede estar contenta: Ginta ha ido a buscarla
para ir a jugar a tenis, pues ambos pertenecen al club de dicho deporte
del colegio. Yuu no puede evitar sentir curiosidad (o algo más)
y les sigue. Se extraña de que se lleven tan bien, sobretodo cuando
Meiko, que ha salido a su paso, le explica que ella se le declaró
hacía unos años, siéndo rechazada por Ginta.
Y así acaba esta breve
introducción a la anormal historia que Wataru Yoshizumi ha creado
con Marmalade Boy. Si os parece que no puede ser más rara... es
que no la habéis leído ;-)
ÚLTIMA REVISIÓN EN ABRIL DE 1999